Hemos sido testigos en este año a la mayor desturcción de la riqueza en las últimas tres décadas, con las caídas acumuladas en este 2022 (a pesar de los repuntes recientes), habiéndose volatilizado más de 15 trillones de dólares o mejor dicho, dos terceras partes del PIB americano, con caídas al mismo tiempo en la deuda gubernamental, deuda privada, del crédito corporativo y de la renta variable, con lo que la diversificación no ha funcionado en esta ocasión pero con las valoraciones a los niveles actuales, es de considerar que ese principio vuelva a tomar foco. Los mayores empresarios del mundo siempre han dicho que "en las tormentas es donde surgen las mejores oportunidades".

A la espera de la reunión de la Reserva Federal en estos días y en la que nuevamente comentarán de como están encarando el tema de la inflación, como ya lo hicieran en otras reuniones y como también lo hizo Lagarde hace una semana, una inversión un tanto olvidada en los últimos años podría comenzar a proporcionar algo de refugio contra la tormenta: los bonos del Tesoro estadounidense a largo plazo, a pesar de la carnicería que se ha producido este año en las carteras de renta fija. Dicha carnicería ha sido producida por dos vía, tanto por los diferenciales de crédito como por los tipos. Hace unos días se comentaba que esto es lo que había pasado en renta fija emergente, pero en realidad eso mismo pasó en los mercados globales de renta fija. Así lo comentaba hace unos días Borja Fernandez (director de cuentas de Schroders), por un lado por la duración en tipos de interés y por los diferenciales de crédito y este año es que ha sido un "drama" en la renta fija, golpeada por ambas caras. Este año en torno al 60% del impacto en renta fija ha sido por tipos de interés y el 40% ha sido por diferenciales de crédito.

Solo por poner en perspectiva el desempeño de los distintos segmentos de renta fija a día de hoy vemos que la "sangría" ha sido generalizada.

Sin embargo, el impulso de la Fed para subir los tipos de interés (con expectativas que sean otros 75pb en la reunión de esta semana) y en su discurso en el qie seguramente hablará de señales de desaceleración económica (como ya lo hiciera Lagarde) hará que aumente la preocupación de una recesión, técnica o no pero recesión al fin de cuentas, que para el mundo de los bonos puede ser potencialmente una buena noticia.

Según Steve Chiavarone, gestor de carteras y estrategia de renta variable de Federated Hermes "la Fed se mantendrá firme como halcón en medio de una economía que se está ralentizando - como lo muestran los datos de vivienda y manufactura, las solicitudes de subsidio de desempleo están aumentando y el sentimiento de los consumidores está cerca de sus mínimos históricos, el escenario de recesión se está constuyendo, con unos rendimientos tocando techo, son los bonos del Tesoro a más largo plazo una atractiva alternativa.

Por otro lado, Fernández  comenta que "la inflación se irá ralentizando, es decir, no veremos estos estos incrementos de inflación, en la misma cuantía en los próximos meses, sino que relativamente se irá ralentizando". Además, comenta que ya estamos viendo caídas en algunas materias primas, como el cobre o bien el aluminio que ha corregido más del 40%. Pero esto que quiere decir que no veamos datos de inflación más altos de lo que hemos estado acostumbrados en la última década. Y por ello, en Schroders mantienen una preferencia más por la renta fija que por la renta variable. Como apoyo a dicha preferencia, Fernández se apoya en el gráfico de un fondo, buque insignia de la casa como lo es el Schroder ISF Euro Corporate Bond, y compara la TIR (tasa interna de retorno o bien, el valor de la tasa de descuento que hace que el VAN sea igual a cero), que compara con la rentabilidad por dividendo de la bolsa europea, donde se observa como esa TIR es mucho mayor que esa rentabilidad por dividendo, cuando históricamente esa TIR habia estado por debajo de la línea verde y era debido a que la renta fija estaba cara, pero ya no y es una razón de peso para mirar a la renta fija, siendo nuevamente un activo invertible, y que aquél inversor que se fue a renta variable porque no había donde invertir en renta fija volverán al activo.

Por otro lado, a pesar de las caidas de la renta variable, aún no se han visto salidas netas importantes de esa clase de activo, mientras que en el crédito si que los ha habido como se observa en la línea más oscura, con salidas tanto en grado de inversión, emergentes y alto rendimiento, lo que marca una capitulación en muchos tramos de la renta fija. Además, si la inflación tocase su máximo en los próximos meses, y comenzara a bajar en los meses posteriores, eso impulsaría la rentabilidad de los bonos.

Según Bryn Jones, responsable de renta fija en Rathbones, muchas malas noticias están descontadas en las valoraciones del mercado de bonos. En el universo de los bonos de grado de inversión, es decir, los bonos con una calificación crediticia de BBB o superior, los bonos en conjunto tienen actualmente un precio como si el 6% de ellos fueran a incumplir los pagos, mientras que Jones dice que la tasa media histórica de incumplimiento en esta área del mercado de bonos es de alrededor del 1%. Además, los bonos de alto rendimiento, es decir, los que tienen una calificación crediticia inferior a BBB, tienen un precio que refleja tasas de impago que no se han visto desde 1970.

Por lo anterior, se observa que ahora mismo se está pagado por el crédito de calidad en Europa casi 12 veces más respecto a su tasa de default histórica desde 1981.  Por ello, en Schroder están viendo buenas oportunidades en el crédito corporativo europeo, principalmente con grado de inversión, y sin coger demasiado riesgo de deuda, con cupones de cerca del 5% y algo de duración, donde empiezan a ver algo de valor.  Según Fernández, es un escenario con vientos de cola, ya que las caídas han sido abismales en renta fija y que se dá muy pocas veces en la historia.

El fondo al que se hace referencia, el Schroder ISF Euro Corporate Bond lleva una caída en el año del 16,02%, posicionándose en el percentil 97, aunque en el último mes la rentabilidad fue positiva del 3,14%. Es un fondo que históricamente se ha posicionado en los primeros percentiles, excepto en 2018 donde se fue hasta el 77 o en 2021 hasta el 53. Consideramos que con la caída que lleva la renta fija en el año y el fondo, es una oportunidad de incorporar una pequeña parte en una cartera diversificada.

Según puntializa la gestora, el activo Renta Fija vuelve a resurgir como oportunidad de inversión debido a :

Valoraciones: los niveles de rendimiento vuelven a ser atractivos y existe un buen potencial de rentabilidad

Los bonos son un buen diversificador, sobre todo en períodos de incertidumbre económica

A medida que la inflación alcance su punto máximo y el crecimiento se ralentice, las subidas de tipos no serán tantas como actualmente descuentan los mercados de bonos

La renta fija va a ser esencialmente un juego de rendimientos, y los inversores van a tener que tener paciencia, sobre todo porque es probable que la Reserva Federal siga subiendo los tipos de interés. Va a ser un momento difícil para el mercado de renta fija durante los próximos seis a doce meses, pero es la alternativa  de la renta variable, que es mucho más volátil, o el efectivo, que tiene muy poco rendimiento en este momento, obliga a los inversores a tener algún grado de renta fija en su cartera.