El problema medioambiental que  plantean los plásticos va en aumento  y estos constituyen cada vez más un  punto clave de las políticas a escala nacional e internacional. En los últimos  meses, la ONU ha acordado desarrollar  un tratado mundial sobre plásticos que  podría incluir recortes a la producción  de plástico virgen y un aumento de la  infraestructura de recogida y reciclaje.1 A escala nacional, el Reino Unido implementó en abril un impuesto a  los plásticos que aplicará una tasa de  200 GBP por tonelada a los envases  de plástico cuya proporción de plástico reciclado sea inferior al 30%. 

Asimismo, cada vez se reconoce más la existencia de una relación de interdependencia entre la contaminación por plásticos y otros  temas medioambientales. Por ejemplo, el texto preliminar para la próxima  Conferencia de las Partes (COP, por sus siglas en inglés) de la ONU sobre biodiversidad incluye un objetivo para «eliminar la pérdida de residuos  plásticos» como parte del marco  mundial sobre biodiversidad para 2030. En el contexto de los objetivos de cero emisiones netas, las ONG y las partes  interesadas también siguen llamando  la atención sobre cómo la producción de plástico, su uso, los residuos  que genera y el reciclaje de este contribuyen a las emisiones mundiales  de gases de efecto invernadero (GEI). 

Prevemos que estos catalizadores seguirán espoleando la transición hacia unos plásticos más circulares.  Ello incluirá lo siguiente: reducir el uso de plásticos vírgenes, incrementar la utilización de plásticos reciclados y  materiales alternativos, crear modelos diferentes de entrega de productos  y desarrollar las infraestructuras de  recogida de plástico y las tecnologías de reciclaje. A raíz de los análisis anteriores que efectuamos sobre las compañías de envasado y bienes de consumo,  ampliamos nuestro enfoque para dar cabida a los productores de plástico y  a las compañías de residuos mediante una mesa redonda con analistas de  crédito y renta variable fundamental para  abordar los riesgos y oportunidades de  estos acontecimientos. 

Productores de plásticos 

Un reducido número de multinacionales petroquímicas produce la mayoría de  los plásticos. El desarrollo del sector ha aportado ventajas a la sociedad al mejorar la conservación de los  
alimentos y crear productos ligeros, entre otras cosas. Sin embargo, al hacerlo también ha provocado que las personas del mundo entero  dependan del plástico virgen de bajo coste en su vida cotidiana a través de su ropa, coches, aparatos electrónicos y envases de alimentos, sin olvidar que gran parte de este material acaba convertido en residuos. 

Los productores de plástico se encuentran ahora en los albores de un cambio estructural que conllevará un aumento de la demanda de plástico  reciclado —principalmente para los envases de un solo uso, pero también  para productos más duraderos— en un contexto en el que compañías como Renault, LG, Vestas, Inditex y  Adidas, entre muchas otras, están estableciendo objetivos relativos al uso del plástico reciclado. Estos objetivos  se suman a los requisitos normativos y  a los compromisos que ya han asumido las compañías de bienes de consumo  y de envasado en relación con el aumento del uso del plástico reciclado de aquí a 2025. 

En conjunto, nuestros análisis de los objetivos corporativos en los distintos sectores sugieren que el plástico  reciclado podría representar hasta el 8% de la demanda de plásticos para 2025 y hasta el 15% de la demanda mundial antes de 2030. En este escenario, el crecimiento de la demanda de plástico virgen podría pasar de presentar las tasas de crecimiento superiores al PIB registradas anteriormente a suponer menos de un 1,7%.2 Sin embargo, en  la actualidad, la producción de plástico reciclado no basta para satisfacer esta  demanda, y resulta poco probable que  las tecnologías de reciclaje químico,  que podrían aumentar los volúmenes  de material, sean capaces de hacerlo antes de la segunda mitad de la  presente década, si nos atenemos a  los anuncios de capacidad efectuados hasta la fecha. 

En este contexto, un cambio de esta magnitud exigirá grandes cambios a los productores de plástico. Las compañías que mayor resiliencia mostrarán ante  estos cambios seguramente serán aquellas que cuenten con estrategias circulares bien desarrolladas, además  de con otras ventajas, entre las que podemos destacar las siguientes: una menor dependencia de los ingresos procedentes del plástico no reciclable; una estrategia y unos objetivos asociados en materia de producción de plástico reciclado que sean significativos en relación con los volúmenes de producción de la compañía; demostrar haber realizado múltiples alianzas y esfuerzos para probar y desarrollar nuevas tecnologías, como el reciclaje químico, que puedan permitir a la compañía adaptarse y responder con agilidad a los desafíos técnicos o de otra índole; la capacidad de mantener y reforzar las relaciones con los clientes durante la transición mediante la colaboración con ellos  para desarrollar productos y formas de envasado novedosos y que posiblemente alberguen mayor valor; y tener acceso a materias primas de plástico virgen de bajo coste que continuarán siendo económicamente competitivas en un escenario de ralentización del crecimiento de la demanda de plástico virgen. 

Nuestros análisis de varios productores de plástico con respecto a estos criterios muestran un panorama dispar: los planes de las compañías para aumentar la producción de plástico reciclado representan entre el 1% y el  22% de su producción estimada para 2030. El alcance y la profundidad de las alianzas empresariales en relación con las nuevas tecnologías, como el reciclaje químico, también difieren considerablemente. 

Residuos y reciclaje 

Esta transición hacia el plástico  reciclado también traerá consigo  cambios de gran calado para el sector  de los residuos y el reciclaje. El  panorama de riesgos y oportunidades  en los distintos países varía, en vista  de las diferencias que presentan en  cuanto a infraestructura de reciclaje,  educación pública y tasas de recogida.  Sin embargo, ante el rápido incremento  de los cambios normativos y de la  demanda de plástico reciclado, las  compañías de residuos que estén  bien posicionadas pueden aprovechar  las ventajas de invertir en las nuevas  tecnologías, incluidas las tecnologías  avanzadas de clasificación que pueden  aumentar el nivel de automatización  en las instalaciones e incrementar las  tasas de recuperación de materiales,  lo que permite obtener el máximo  valor de los residuos plásticos.  Algunas compañías de residuos  también pueden beneficiarse en caso  de tener la oportunidad de efectuar  integraciones verticales, al permitirles  aumentar el grado de reciclaje y  procesamiento en el marco de las  recogidas de plástico. 

No obstante, será necesario efectuar inversiones de gran calado para  dar respuesta al incremento de  la demanda. Ello incluye mejorar  la infraestructura de recogida y  procesamiento, no solo en los mercados desarrollados con tasas  de recuperación reducidas (como EE.UU.), sino también en los mercados emergentes, que cuentan con una  infraestructura menos desarrollada.  Al igual que en el caso de los productores de plástico, revisar los  planes de gasto de capital de las  compañías y sus objetivos a futuro para  incrementar las tasas de recuperación  de material proporciona indicios acerca  de sus planes y de su posicionamiento de cara a esta transición. 

Conclusión 

El análisis de la gestora concluyó con el reconocimiento de que resulta necesario efectuar un seguimiento continuo, en vista de los rápidos  avances en este tema. El análisis, la colaboración y la interacción continuos entre los equipos temáticos de inversión responsable y fundamental nos ayudarán a identificar a los posibles ganadores y perdedores y a alentar a las compañías a seguir desarrollando sus estrategias de circularidad.