Rusia está siendo el centro de las miradas y junto con Putin, los mercados rusos se chocan con la posibilidad de sanciones (como ya sucediera en abril de 2021) e incluso excluir sus bonos y acciones de los índices más influyentes, como el JPMorgan GBI-EM Investment index o el MSCI EM.

Por otro lado, JPMorgan está considerando añadir la deuda en moneda local de Ucrania al popular índice de bonos de mercados emergentes, GBI-EM, que podría entrar en vigor a partir del 31 de marzo, con una ponderación del 0,12% según aparecía en una nota a clientes en octubre de 2021. Cerca de unos 222.000 millones de dólares de fondos gestionados utilizaron este fondo a cierre de enero. Si todos deciden agregar los bonos ucranianos, significaría una entrada de 266,4 millones de dólares en el mercado.

Si esto sucede, reflejaría el poder creciente y la desconexión ocasional de la gestión activa y pasiva, con un 37% de los fondos que siguen índices del total del universo de inversión a finales del año pasado, con unos activos netos de 19 billones de dólares, de acuerdo con Morningstar. El índice GBI-EM de JPMorgan es el punto de referencia más seguido por los inversores internacionales de bonos soberanos en moneda local.

La decisión de agregar o eliminar activos en un índice suele ser un proceso largo que puede llevar años, lo cual es una de las razones por las que el banco puede no verse afectado por las tensiones, dijeron los analistas. Involucró consultas con inversionistas, análisis de mercado y trabajo con la oficina de gestión de deuda de un país para garantizar que existan sistemas de compensación para que los bonos se negocien.

Respecto a otro tema en mente, el repunte de la tasa de referencia a 10 años en EE.UU.,  que alcanzó a principios de febrero su nivel más alto desde noviembre de 2018, y la tendencia sigue siendo alcista, con el consecuente desplome de su precio. El conjunto de deuda a nivel global con rentabilidad negativa disminuyó un 20% en un día, a niveles no vistos desde octubre de 2018.

Unas condiciones financieras mundiales endurecidas por subida de tipos de interés ampliamente esperada por los mercados, hace prever problemas para los mercados emergentes más frágiles en sentido de refinanciación de su deuda externa, lo que ha llevado a una agresiva venta de deuda soberana emergente en moneda fuerte a principios de 2022. Sin embargo, según apunta Carlos de Sousa, estratega de mercados emergentes y gestor de Vontobel, "si observamos los tres últimos ciclos de subidas de la Fed, el impacto no ha sido el previsto por los vendedores de papel reciente. En ciclos de subidas pasadas, los diferenciales de los mercados emergentes tendieron a ampliarse antes de los ciclos de subidas de la Reserva Federal, para luego reducirse gradualmente durante el propio ciclo de subidas. Los diferenciales de los bonos de alto rendimiento de los mercados emergentes no habían alcanzado unos niveles de amplitud en comparación con sus homólogos de grado de inversión desde principios de 2003". Añade que los riesgos de impago siguen siendo bajos, con muy pocos países con riesgo de reestructuración en 2022, ya que los países y empresas suelen reestructurar su deuda al principio de una crisis, y hoy por hoy no estamos en esa fase, sino en la fase final de una recuperación.

Por otra parte, James Barrineau, responsable de estrategia global de deuda de mercados emergentes en Schroders comenta que aunque los inversores podrían temer los efectos de unos tipos de interés más altos en EE.UU., los mercados ya lo han descontado en parte. Además, los bancos centrales de los países emergentes llevan muchos años subiendo los tipos de referencia de manera preventiva, aumentando el diferencial de tipos nominales con el mundo desarrollado y las divisas aún no han recuperado niveles de valoración real de antes del primer ciclo de tapering, lo que hace que las valoraciones sean mucha más favorables esta vez. "La clave es ser activo y adoptar un enfoque selectivo".

Con todo lo anterior, consideramos que es un momento óptimo para analizar aquellos fondos de renta fija emergente que pudieran ser objetivo de entrada en el corto-mediano plazo, siendo selectivos y activos, como comentó Barrineau.

  • Aberdeen Standard SICAV Emerging Markets Total Return Bond Fund: gestora referente en emergentes y con una trayectoria de años. El fondo inverte al menos dos tercios de sus activos en bonos emitidos por gobiernos de mercados emergentes, en cualquier divisa y vencimiento. También puede invertir en mercados frontera, FRNs. El fondo puede incrementar, en momentos de extrema volatilidad, su asignación a mercados desarrollados con la finalidad de reducir el riesgo. Se trata de un fondo de gestión activa, sin estar limitados por el índice de referencia. Su gestor, Brett Diment cuenta con rating de Citywire, y el fondo esta posicionado consistentemente en el primer cuartil, alcanzando una rentabilidad a 5 años del 20,4%, mientras que en lo que va del año es uno de los que mayor resiliencia presenta. 

  • Barings Emerging Markets Debt Short Duration: otro fondo de gestión activa, diseñado para aquellos inversores que buscan una estrategia que apunte a la máxima rentabilidad total junto con la protección frente al aumento de tipos de interés, centrándose en invertir en una cartera diversificada de deuda corporativa, principalmente de mercados emergentes. El equipo de gestión y análisis es uno de los fuertes pilares del fondo, con Omotunde Lawai CFA la gestora principal del fondo. El fondo invierte principalmente en una cartera diversificada de bonos grado de inversión de corta duración y alto rendimiento de emisores emergentes. En lo que va del año el fondo cae 0,7%, mientras que el índice de referencia lo hace en -1,13%, mientras que a 3 y 5 años sube 7,3% y 5,9% respectivamente. La plataforma de deuda de mercados emergentes de Barings gestiona más de 17.000 millones de dólares en varias estrategias. Se trata de un fondo 5 estrellas Morningstar. No se trata de un fondo muy grande, los activos ascienden a casi 300 millones de dólares, pero la gestión es muy destacada, generalmente esta en primero y segundo cuartil.

  • Vontobel Emerging Markets Blend: es de una gestora que nos gusta mucho para emergentes. Cuenta con un equipo sólido, con varios años y en varios ciclos de mercado de experiencia en el activo, con un proceso de inversión consistente. Matthey Benkendor asumió las riendas del equipo en 2016, pero la estrategia sigue prácticamente intacta, y si acaso hay un enfoque más colegiado, con una estructura de incentivos modificada. A pesar de que en 2018 el fondo cayó cerca del 11%, en lo que va del año, y tras un ajuste en el equipo en 2021, el fondo alcanza una rentabilidad a un año del 9,65%, habiendo cerrado 2021 con 14,28%. Tienen un modelo de valoración propio y basado en bottom-up. 

Tres alternativas a considerar para aquellos que se estén planteando incorporar deuda emergente a sus carteras.