Mientras que casi todos los mercados de renta variable generaron ganancias sólidas en 2021, el S&P U.S. Aggregate Bond Index cayó 1,4%. Sin embargo, los flujos hacia productos de renta fija, en especial los ETF fueron muy positivos, que acumularon activos, con uno de cada tres dólares invertidos en ETF de renta fija de EE.UU. en 2021 en la categoría "agragada".

Sin embargo, el haber asignado a esta categoría de bonos no fue de lo más afortunado, ya que estos índices excluyeron en gran medida algunos segmentos con mejor desempeño el año pasado, lo que está generando un cuestionamiento entre los proveedores de ETFs sobre la indexación en renta fija. Es como si en la renta variable se excluyeran las acciones de industrias innovadoras porque no existían hace 20 años, con su respectivo impacto en la rentabilidad. De este modo, en 2021 esa mitad del mercado seguido por los índices de bonos agragados representó las porciones de la renta fija de peor rentabilidad del mercado de bonos, como se observa en el siguiente gráfico:

Los inversores de renta fija han medido durante mucho tiempo el mercado de bonos con un índice de tipo agregado. Como su nombre lo indica, las porciones más grandes del mercado de bonos se combinan en un solo índice. En tiempos más simples, esto funcionó: la mayoría del mercado de bonos consistía en bonos del Tesoro, agencias gubernamentales, corporativos y garantizados.

Sin embargo, se excluyen los segmentos más nuevos que están diseñados para proteger a los inversores de la inflación (TIPS), el riesgo de tasa de interés (bonos flotantes y con cobertura de duración) y los impuestos (munis). Estos segmentos más nuevos, incluidos los bonos globales en dólares estadounidenses, de alto rendimiento y vinculados a la inflación, han crecido en tamaño y escala en las últimas décadas. Hoy en día, un índice agregado típico de EE.UU. representa solo alrededor de la mitad del mercado de bonos de EE. UU.

Los gestores activos, por lo general, si consideraron estos segmentos del mercado, con estrategias más flexibles y más allá de índices agregados (a diferencia de los ETFs, anclados a las "viejas" formas de los índices), añadiendo a las carteras TIPS y HY, lo que generó un desajuste de medición respecto al benchmark, centrado en la categoria core o core plus. Sin embargo, los flujos de inversión en los ETF activos de renta fija, aunque pequeños, son el doble de los que se ven en el mercado de acciones.

Lo anterior es debido a la flexibilidad con la que cuentan los gestores activos, a lo que hay que agragar las brechas existentes en algunos índices tradicionales de referencia en renta fija. A pesar del underperformance de los gestores activos a largo plazo, eln 2021 fue, en terminos generales, favorable para la gran mayoría de los gestores de renta fija al comparar sus rentabilidades con los índices tradicionales.

Además. como apunta Cerulli, el 2022 será un año clave para los ETFs activos, ya que sera un año de transición para los fondos cotizados activos, con una buena base de clientes y una mayor transparencia, hace esta inversión más atractiva a otras ofertas. Según la investigación de la firma, el 70% de los emisores de ETFs encuestados están desarrollando actualmente o planean desarrollar ETF activos transparentes.