Haciendo balance de dónde nos encontramos aproximadamente a la mitad de 2022, algunas cosas son muy claras:

  • La situación de Rusia/Ucrania ha creado una fuente de tensión en los mercados de combustibles fósiles, lo que contribuye al aumento de los niveles de precios que alimentan la espiral inflacionista.
  • El mundo, con algunas regiones presionando más que otras, continúa afirmando su compromiso de luchar contra el cambio climático, que por supuesto se centra en la reducción de las emisiones de carbono.
  • Cada vez se discute más sobre los métodos de almacenamiento de energía más allá de los vehículos eléctricos. Los vehículos eléctricos ya están aquí, pero también es importante mejorar las redes eléctricas y pensar en otras soluciones energéticas como el hidrógeno. Los legisladores del parlamento europeo incluso votaron el 8 de junio de 2022 la prohibición de la venta de nuevos vehículos de combustión interna a partir de 2035.

En este punto, aproximadamente a la mitad de 2022: ¿dónde nos vemos honestamente en el viaje hacia más y mejores soluciones de almacenamiento de energía?

Creemos que un verdadero futuro de “vehículos eléctricos” requerirá enormes inversiones en una variedad de diferentes tipos de empresas, y solamente estamos en las primeras etapas.

Vehículos eléctricos: baterías + infraestructura

Si bien nos enfocamos mucho en las baterías y los metales que se utilizan para los vehículos eléctricos, no podemos olvidarnos de la infraestructura de carga. La Administración Biden se está preparando para otorgar a los estados $7,5 mil millones para nuevas estaciones de carga.

Esto sin mencionar que, si todos los automóviles de Estados Unidos fueran eléctricos, y los estadounidenses condujeran en ellos tanto como lo hacen hoy, el consumo de energía del país aumentaría en un 28%.

Dar el dinero no se traduce necesariamente en que las estaciones de carga se construyan y estén disponibles al instante. Por ejemplo, pensemos en los $424 millones que los estados recibieron como parte de un acuerdo de $2,8 mil millones de Volkswagen AG para resolver el escándalo del “Dieselgate”. Si bien podrían utilizarse para estaciones de carga, la realidad es que más de cuatro años después del desembolso del dinero, los estados han gastado aproximadamente un 48% de estos fondos en estaciones de carga.

No hay suficientes cargadores... todavía

Las ventas de vehículos eléctricos e híbridos enchufables en EE. UU. se duplicaron hasta superar los 600 mil durante 2021, y las cifras de ventas muestran que los vehículos eléctricos han alcanzado el 6,6 % del total de automóviles vendidos en las últimas semanas a medida que aumentan los precios de la gasolina.

Fuera de California, la red de cargadores necesaria para dar servicio a millones de vehículos eléctricos aún no existe. La Administración Biden apuesta a la instalación de 500 mil cargadores públicos para 2030, pero McKinsey & Co. estima que se necesitarán en torno a los 1,2 millones. Hasta el momento, EE. UU. tiene alrededor de 93 mil cargadores públicos.

Los mineros necesitan encontrar más materias primas

Las empresas que producen litio, como Albermarle, se benefician a corto plazo de los precios más altos del carbonato de litio, un ingrediente fundamental en las baterías de vehículos eléctricos. Es posible que los precios del litio ahora estén muy por encima de la curva de costes, lo que apunta a que la dirección probable de los precios en los próximos años será más al alza que a la baja.

La posible trayectoria de los precios del litio tiene grandes impactos; por ejemplo, las acciones de empresas como General Motors y Ford Motor Company pueden verse afectadas si los inversores creen que los precios del litio se mantendrán elevados por un período más prolongado. ¿Es posible que los precios del litio marquen su pico en 2023 y luego caigan en los años siguientes? Es imposible saberlo con certeza.

Se espera que para este año y el próximo, el gasto en proyectos de diez grandes empresas mineras, incluidas Rio Tinto PLC, BHP Group Ltd. y Glencore PLC se mantenga aproximadamente en $40 mil millones, lo que ubica a los gastos de capital muy por debajo del nivel máximo de alrededor de $80 mil millones de 2012.

Se ha dado prioridad a los dividendos y las recompras, y también es cierto que la minimización de los impactos ambientales también ha influido en las decisiones de inversión. El problema es que los menores gastos crean catalizadores para que suban los precios de los metales, como los del cobre y el hierro, lo que amenaza obstaculizar la transición hacia las energías renovables.

En Serbia, por ejemplo, se revocaron las licencias de Rio Tinto en relación con una inversión en litio de $2 mil millones a partir de las protestas sobre posibles daños ambientales.

La tecnología de iones de litio es sólo el comienzo

Almacenamiento mecánico de energía 

Energy Dome es una nueva empresa italiana que está construyendo “baterías de dióxido de carbono”. El gas de dióxido de carbono se puede almacenar a alta presión cuando la energía es abundante. Luego, cuando se necesita electricidad, el gas a alta presión puede pasar por una turbina.

Si bien esta categoría está dominada por la energía hidroeléctrica de almacenamiento por bombeo, el almacenamiento de gas bajo presión, como lo hace Energy Dome, es otra opción. También se pueden levantar grandes bloques sólidos que caen sobre un sistema de poleas que alimenta un generador para mitigar las fluctuaciones del suministro de energía.

Almacenamiento de energía electroquímica

Las baterías de flujo almacenan sus productos químicos en tanques externos, y los tanques más grandes permiten almacenar más energía. ESS, una empresa de Oregón, fabrica una batería de flujo que utiliza hierro y sal. Durante la carga, las sales se convierten en depósitos de hierro en el electrodo; al descargar, el hierro se disuelve y la energía química almacenada se convierte en carga eléctrica.

Form Energy, utiliza un proceso que llama “óxido reversible”. Los dispositivos del tamaño de una lavadora inhalan oxígeno del aire cuando se descargan para convertir el hierro en óxido; cuando se cargan, aplican una corriente para convertir el óxido en hierro y emiten oxígeno. La empresa afirma ser capaz de almacenar energía hasta por 100 horas.

Almacenamiento de energía térmica

Antora utiliza almacenamiento térmico, calentando bloques de carbono hasta 2.000 grados centígrados. Si bien esta energía almacenada se puede utilizar para calentar vapor o aire en una tubería, también es posible que el resplandor de los bloques se pueda dirigir a las células fotovoltaicas para generar electricidad.

Rondo Energy utiliza ladrillos de batería hechos de materiales novedosos que calientan a más de 1.200 grados centígrados, y esta energía almacenada se entrega luego como calor directamente si los clientes industriales lo necesitan o se utiliza para crear vapor para hacer girar una turbina.

Malta, una empresa de Massachusetts, es pionera en un sistema electrotérmico que puede almacenar electricidad como calor en sales fundidas y posteriormente utilizar este calor para producir electricidad.

Almacenamiento de energía química

El almacenamiento de productos químicos puede usar electricidad que puede hacer que un producto químico se use más tarde en un generador o motor. Un electrolizador que divide el agua en hidrógeno y oxígeno, y luego almacena el hidrógeno, es particularmente interesante. Los productos químicos son muy “almacenables”.

Conclusión: necesitamos energía y los altos costes son un catalizador para nuevas vías

Si bien a corto plazo la alta inflación es dolorosa para muchos consumidores y empresas, si miramos a más largo plazo, este “dolor” puede inspirar a los empresarios a encontrar nuevas soluciones. El almacenamiento de energía será uno de los temas más importantes en las próximas décadas, y es probable que se requiera de diversas soluciones para alcanzar los objetivos globales en la mitigación de las emisiones de carbono y la solución del cambio climático.