La globalización se está transformando y ese cambio está creando oportunidades para los inversores, según Capital Group.  

La "hiperglobalización" llega a su fin, la remodelación continuará

Si se miden indicadores como el comercio, el PIB mundial y los flujos financieros internacionales, el llamado periodo de "hiperglobalización" alcanzó su punto máximo justo antes de la crisis financiera mundial de 2007. Si la crisis financiera mundial fue el primer choque sistémico que provocó la distorsión, la pandemia de COVID 19 y el conflicto en Ucrania también han aportado su granito de arena para presionar a la globalización", afirmó Talha Khan, economista político de Capital Group.

"En mi opinión, aunque la globalización se enfrenta a importantes obstáculos, es probable que asistamos a su reconfiguración en los próximos años. La pandemia y el conflicto de Ucrania han hecho que los países se replanteen la perdurabilidad de sus cadenas de suministro. Ahora, hay un impulso creciente hacia la localización o regionalización que disminuye algunos de los riesgos asociados a la dependencia de un país o una geografía como fuente de producción".

Protección contra los shocks externos

El COVID-19 provocó graves perturbaciones en las cadenas de suministro de todo el mundo. Estas alteraciones persisten hoy en día, y muchos políticos y legisladores cuestionan los límites de un modelo de cadena de suministro globalmente integrado y optimizado para la eficiencia por encima de la durabilidad.

Los encargados de elaborar las políticas también quieren aumentar la autosuficiencia y la resistencia en ámbitos como los minerales y los materiales (por ejemplo, los semiconductores), la defensa, la seguridad, el sector digital y la sanidad. En muchos países, se está intentando crear un entorno político más favorable para animar a las empresas a trasladar las líneas de producción al interior. Creo que esto será una prioridad estratégica para muchos gobiernos en el futuro.

La deslocalización puede ser inflacionaria

La globalización afecta a la inflación a través de varios canales. Por ejemplo, hemos visto que el abaratamiento de las importaciones, el aumento de la oferta de mano de obra, el incremento de la competencia y, en general, la mayor integración de las cadenas de suministro mundiales tienen un efecto puntual positivo en la gestión de la inflación.

Por otro lado, la deslocalización de la producción aumentará probablemente la inflación. Sin embargo, las instalaciones de producción que anteriormente se encontraban en las economías emergentes pueden depender de la mano de obra barata y, una vez deslocalizadas, es probable que se produzca una mayor automatización y, por tanto, un aumento de la productividad. Queda por ver cómo se equilibran estos factores con el tiempo. Pero a corto plazo, la deslocalización va a ser inflacionista.