Regularmente los inversores miran hacia los movimientos en las carteras de los grandes inversores institucionales como Edowments, Fondos de Pensiones, Aseguradoras y Family Offices para modificar sus carteras, ya que si esos inversores con la gran información que manejan y con los profesionales con los que cuentan hacen esos movimientos, es señal de que el mercado puede ir en ese sentido.

Los fondos endowment  (o fondos patrimoniales) son generalmente donaciones de dinero o propiedades a una organización no lucrativa, que invierte esos recursos y utiliza los ingresos de su inversión para propósitos específicos. Además, tienen que alcanzar un objetivo de rentabilidad en torno al 7,5%, que va en función de sus necesidades de gasto (en torno a un 5%), la inflación, comisiones y gastos.

En este caso nos centraremos en el Endowment de la Universidad Northwestern, con unos activos que rondan los 15.000 millones de dólares, cuya CIO es Amy Falls desde mayo de 2021, siendo la primera mujer en ocupar dicho puesto. La cartera ayuda a financiar las operaciones de la universidad, incluyendo la ayuda financiera, los salarios del profesorado, la investigación y la promoción del deporte.

Falls anteriormente fue la CIO del endowment de la Universidad Rockefeller, donde consiguió una rentabilidad media nual del 8,4% a 5 años y del 9,5% a 10 años hasta junio de 2020 (que fue el último año completo al frente de dicho endowment) y que compara con una media del 5,1% y del 7,5% del resto de endowments.

En los 12 meses transcurridos hasta el 30 de junio de 2021, el endowment de Northwestern ganó un 42,2%, superando la ganancia media del 30,6%. Ese rendimiento se vio favorecido por las inversiones de capital riesgo (venture capital) del fondo, que subieron un 115%. Y aún cuando la asignación de activos no es algo que Falls cambiaría radicalmente, comenta que las principales posiciones al 31 de mayo eran:

Pero si bien, el capital riesgo cuenta con vientos de cola, Falls decidió tomar beneficios en algunas de sus posiciones, realizado una venta secundaria de participaciones en empresas privadas en las que habían conseguido rentabilidades superiores al 100%, y también redujeron su exposición en renta variable pública (ponderando actualmente el 10,1%), lo que les permitió aumentar el efectivo (que otros gestores también han hecho como lo destaqué en la nota ¿Qué tienen en común los fondos más rentables en el año?) para navegar el temporal.

De acuerdo con una entrevista reciente a la que tuvimos acceso, Falls comentó que la corrección de los mercados era previsible, debido a que las valoraciones eran demasiado altas, así como por las presiones inflacionarias y tipos de interés demasiado bajos. El Covid denotó palancas políticas que derivó en un fuerte rally de los mercados, pero con valoraciones que en muchos casos eran insostenibles.

Con una normalización de los tipos de interés, entre el 3-4% para los bonos del Tesoro a 10 años, el tipo real debería ser positivo para compensar a los ahorradores. Es destructivo que los ahorradores o las personas mayores tengan que optar por vehículos accionarios para acumular o proteger sus ahorros.

También comentó que el riesgo de recesión es importante, generado por un endurecimiento fiscal y monetario, aunado a la retirada de estímulos, y con una inflación amenazante y que hace que sea inparable la corrección monetaria. No existen tantos grados de libertad como en la época de inflación cero que hemos vivido. La buena noticia es que hay un fuerte empleo. Hay un crecimiento salarial, que probablemente esté bien si no se descontrola. El riesgo de recesión es bastante alto, especialmente dentro de seis meses.

En junio comenzaron a invertir en fondos de distressed-debt (deuda en dificultades), con la idea de que el coste del capital está subiendo y los diferenciales de crédito está comenzando a ampliarse, y también están mirando aquellas cosas más cíclicas que se han mantenido bien. Reconoce estar algo inclinados hacia empresas en fase inicial, esos unicornios, pero ninguna que haya subido más del 1%.

En cuanto al desempeño que deben reportar en su año fiscal que es de noviembre a octubre, Falls comenta que si bien el capital privado podría haber retraído algo de rentabilidad, ha sido compensado por la inversión en imobiliario y commodities, y enfatiza que a pesar de que parte de su cartera ha tenido caídas, la DIVERSIFICACIÓN funcionó.

Una diversificación no solo por clase de activos sino también de gestores. Actualmente invierten con unos 107 gestores, aunque comenta que cree que hay que concentrarse más en aquellos gestores activos de alta convicción, reduciendo la lista a unos 90. La labor que le queda por definir es cuanto hay que invertir en fondos sectoriales. En su anterior endowment ella elegía a un buen generalista que decidía si era buen momento o no para biotecnología o salud, pero al tener más activos puedes añadir valor escogiendo un gran gestor sectorial o de un país.

Y respecto a la exposición a criptoactivos, comenta que únicamente invierten vía empresas de capital riesgo que a su vez invierten en infraestructura blockchain - no es una tecnología que se pueda ignorar -, aunque con los gestores que invierten y que son actores fuertes en este sentido, acaban teniendo posición en monedas de una y otra forma. Falls se muestra a favor de formas más baratas y mejores de mover el dinero en el mundo, aunque es consciente de los aspectos negativos.