Con su espíritu emprendedor e innovador, las empresas más pequeñas han salido de la pandemia del Covid con más fuerza que antes, ganando cuota de mercado y poder de fijación de precios, y muchas son ahora líderes en el ámbito de la sostenibilidad. Como dijo el pintor Vincent Van Gogh: "Las grandes cosas no se hacen por impulso, sino por una serie de pequeñas cosas reunidas".

En las economías emergentes, las pequeñas y medianas empresas tienen un papel especialmente importante. En dichas economías, representan aproximadamente el 90% de las compañías, proporcionan más del 50% del empleo y contribuyen en torno al 40% del PIB 1 .

El 27 de junio es el día elegido por la ONU para celebrar el día de las microempresas, pequeñas y medianas empresas (PYMES), que tiene como objetivo destacar y seguir fomentando la contribución de las PYMES al desarrollo sostenible. Actualmente, el compromiso de las empresas más pequeñas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU es más limitado de lo que podría ser.

Las razones pueden ser: el "síndrome de la pequeña capitalización" que lleva a las compañías de menor tamaño a creer que no están en condiciones de impulsar el cambio. Debido a sus limitados recursos, pueden carecer de conciencia, tanto de su contribución positiva como de su huella.

También puede ser un reto introducir iniciativas de impacto debido a la abrumadora cantidad de información disponible, los numerosos mecanismos de divulgación y la falta de uniformidad en las distintas regiones.

Sin embargo, la propia naturaleza de las empresas más pequeñas significa que tienen el potencial de transformarse rápidamente en líderes en el campo de la sostenibilidad. Como empresas, tienden a ser más ágiles y adaptables que sus pares más grandes, lo que les permite ajustarse rápidamente a los acontecimientos mundiales. Están más cerca de las partes interesadas y de las comunidades locales y los análisis sugieren que tienden a escuchar más abiertamente las necesidades de sus empleados y de las comunidades locales en torno a la responsabilidad social corporativa. Como inversores en compañías de pequeña capitalización, abrdn se centra en encontrar aquellas empresas que ya están marcando la diferencia.

Las empresas familiares suelen tener una conexión única con las comunidades locales y apoyan activamente su bienestar. Un ejemplo es la marca de lujo italiana Brunello Cucinelli. En Umbría, la empresa es un empleador clave y da mucha importancia a la atención de las necesidades locales mediante la contratación de personal local y el compromiso con los proveedores y diversas instituciones. Esto significa que se alinea con el objetivo de desarrollo sostenible número ocho (para el trabajo decente y el crecimiento económico). La compañía ofrece oportunidades a los jóvenes para trabajar y progresar en la empresa. Creó la Escuela de Artes y Oficios de Solomeo, que paga a los estudiantes un salario mensual.

Otro ejemplo interesante, dirigido por sus fundadores, es Dermapharm, un fabricante alemán líder en productos farmacéuticos genéricos (sin patente). La empresa tiene cinco segmentos principales: dermatológicos, corticoides sistémicos, salud femenina, productos oftalmológicos y vitaminas. Se centra en proporcionar medicamentos asequibles a los pacientes, por lo que se alinea con el tercer ODS (buena salud y bienestar).

En el ámbito de la conservación del agua y la energía verde, me viene a la mente la PYME Kornit. Kornit es una empresa israelí líder en la transformación digital de la impresión textil. La impresión digital tiene muchas ventajas medioambientales y económicas con respecto a la impresión analógica tradicional, ya que reduce el uso y los residuos de agua, y las emisiones de carbono. La empresa también utiliza tintes más ecológicos. Es necesario un cambio radical en la industria textil y de la moda (sobre todo en lo que se refiere al CO2 y a los residuos) y Kornit reconoce que puede liderar la transición. De aquí a 2026, Kornit pretende que se produzcan unos 2.500 millones de prendas de manera responsable, ahorrando 4,3 billones de litros de agua y 17.200 millones de kilos de emisiones de gases de efecto invernadero. La empresa está claramente alineada con el sexto ODS (agua y saneamiento).

La consecución de los ODS requerirá una enorme cantidad de financiación e inversión, que el Banco Mundial estima entre más de 80 y 200 billones de dólares 4 . Por ello, los inversores tienen un importante papel que desempeñar, facilitando el acceso a los servicios financieros y al crédito, e invirtiendo en los activos mejor situados para beneficiarse de la economía sostenible y de la transición hacia un mundo cero neto.

Todas las empresas mencionadas, a pesar de su menor tamaño, son líderes en sus sectores. Buscan estar preparadas para el futuro y reconocen la importancia de llevar a cabo sus actividades de forma responsable y sostenible.

Las compañías más pequeñas están marcando la diferencia y tienen un importante papel que desempeñar en el apoyo a los ODS y a la agenda de sostenibilidad. Como decíamos al principio, se pueden conseguir grandes cosas con una serie de pequeñas cosas unidas.